Desde su nacimiento, puede que incluso antes, has estado preocupado por la formación de tus hijos. Sabes bien que la educación es una herramienta fundamental para construir las bases de un futuro exitoso, pues abre muchas puertas para que lleguen a ser lo que ahora sueñan. ¿Cuál será la mejor escuela para ellos? Esto es algo en lo que debes reflexionar con cuidado, pues la experiencia que tengan en los próximos años marcará el resto de su vida, así que no solo debes tener en cuenta la oferta educativa, sino también sus intereses.
Todos los niños y niñas nacen con talentos y, si ya has identificado cuáles tienen tus hijas e hijos, es importante que uses esa información como punto de partida para tomar una decisión. Precisamente, EJI, Escuela Junior de Ingeniería, es una institución con sede en Granada que tiene un enfoque muy particular, pues ha llegado a ser la primera de su tipo que imparte clases de ingeniería con método propio. Se trata de un espacio en el que tus pequeños van a aprender de manera práctica y divertida a potenciar sus habilidades para el futuro.
Así que las posibilidades son amplias, ricas y, a veces, bastante desconcertantes. Antes de inscribir a tus niñas y niños, tómate tu tiempo para estudiar todas las ofertas. Entendemos que este proceso conlleva mucha presión para ti, porque es sabido que los primeros años de primaria ocupan un rol importante en su desarrollo; además, puede que también tengas sentimientos encontrados al respecto, ellos y ellas ya han crecido y empiezan una nueva etapa en la que no son bebés ni requieren de ciertos cuidados. ¿Estás a punto de dar el paso? No te preocupes, porque hemos elaborado una lista de recomendaciones para ayudarte.
Fíjate en el método educativo
Uno de los criterios más importantes al momento de elegir escuela para tus hijos e hijas es que su sistema de trabajo se concatene con lo que quieres que ellos y ellas aprendan y el curso que han tomado sus talentos en los últimos años, desde que han dejado de ser bebés. Escuela Junior de Ingeniería imparte clases de robótica e ingeniería para niñas y niños bajo el método Emotionlab, que se caracteriza por ser didáctico, combinando disciplinas técnicas y artísticas con la inteligencia emocional. Esta es una gran oportunidad para trabajar los conocimientos técnicos de tus pequeños y pequeñas mediante la práctica, experimentando el aprendizaje.
Valores y creencias
La institución en la que inscribas a tus hijos o hijas debe estar cimentada en valores y estos tienen que ser compartidos con tu familia. Resulta esencial que haya cierto equilibrio entre la escuela y lo que les has inculcado en el hogar para que los mensajes que reciban no sean contradictorios, ya que, de lo contrario, vas a terminar generando confusión a una edad en la que el cerebro es como una esponja y todavía no se tiene la madurez mínimamente necesaria para discernir entre lo que es correcto y lo que no. Infórmate antes de decidir.
Personalidad
No te apresures a inscribirlos si antes no has consultado con ellos y ellas qué les gustaría aprender o qué aspiran a ser cuando lleguen a la adultez. Tomar en cuenta sus intereses y deseos permitirá que aprovechen mucho más la oportunidad que, en calidad de padre o madre, les estás dando. Si les gusta construir cosas, les apasiona el arte o han mostrado una marcada curiosidad por la ingeniería y la tecnología en general, la Escuela Junior de Ingeniería es perfecta para ellos y ellas, porque estarán trabajando continuamente en experimentos y proyectos, podrán aprender sobre robótica y descubrirán cómo resolver problemas.
Sinergia y expectativas
Finalmente, consulta con la institución en qué grado puedes llegar a involucrarte con el proceso educativo de tus hijos e hijas, si puede y debe haber un apoyo constante desde casa para reforzar lo aprendido en clases. En caso de que se te permita participar de manera activa, disfrutarás mucho de la experiencia de ver a tus hijas o hijos madurar y construir las bases para llegar a ser profesionales exitosos o exitosas. Y, desde luego, también debes evaluar tus expectativas académicas, tratando de ser realista, pero sin cortarles las alas. A fin de cuentas, lo importante es que tengan una adecuada madurez emocional mientras se educan.